Vivir en el Distrito Federal puede ser todo un rollo. Tráfico, contaminación, manifestaciones, inseguridad y ríos de gente a donde quiera que vayas. Sin embargo, nada de eso se compara a las complicaciones que implica decidir si los oriundos del D.F. son chilangos o no.
Por un lado, chilango puede ser el mote peyorativo que las personas originarias del interior de la República dan a los nativos de la Ciudad de México -quienes en respuesta, llaman provincianos a todos los que no nacieron en la Ciudad de los Palacios. Por el otro lado, chilango puede ser aquel que nació en algún estado y se fue a vivir a la capital del país. A esta última definición, los nacidos en el hacinado D.F. siempre la acompañan con una queja que va más o menos así: “chilangos son los de fuera…tanto que nos odian en la provincia, pero todos se quieren venir a vivir aquí“.
Dejando a un lado la controversia y rispidez que la solución de este dilema crea, veamos que nos dice el siempre fiel diccionario de la Real Academia Española. La definición de chilango que encontramos ahí es:
(i) Natural de México, o; (ii) perteneciente a esta ciudad o a este Distrito Federal, en México.
Al parecer, la RAE no resuelve el dilema. Si somos estrictos, la definición (i) hace referencia a todos los mexicanos. Mientras la definición (ii) resulta más puntual, el “perteneciente” no aclara si son se incluyen solamente los nacidos o también los habitantes del D.F., independientemente de su pueblo natal.
Todo esta confusión se genera porque no se sabe a ciencia cierta el origen la dichosa palabra. En un artículo de Letras Libres se mencionan algunas opciones. Una de ellas es que chilango (o shilango) proviene del maya xilaan, que significa desgreñado o pelo revuelto -que es como supuestamente los veracruzanos llamaba a los del D.F. Otra es que chilango viene del nahuatlchilan-co, que significa “los de piel colorada”, en referencia a los aztecas, cuya piel se enrojecía con el frío.
En fin, la discusión sobre si los del D.F. son chilangos o no nunca terminará. Algunos, han buscado alternativas para nombrar a los nativos de la Ciudad de México, llamándoles defeños, capitalinos y -según un artículo de El Universal- mexiqueños (¿?)
Defeño me late, pero reconozco que a estas alturas del partido la mayoría entendemos a que se refiere la gente cuando dice chilango; y si en algún momento se dice con desprecio, también sabemos que es porque en el resto del país nos tienen envidia, jaja (¿chilanguísimo, o no?)
Yo soy un “Chilango''“,y probablemente tú no, pero has estado allí por lo menos una vez.... y hoy añoras echarte unos tacos de suaperro, echarte unas kekas, aventar lámina al manejar, atorarte en el Periférico un cualquier día a la una de la tarde, transbordar en el metro Pino Suárez en hora pico y, por supuesto, vivir seguro de que aunque México es rico en cultura y diversidad, no hay lugar más interesante para vivir que Mi Cuidad, “chinampa en un lago escondido… que de noches se viste de charro, y se pone a cantarle al amor!!!“
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, dime lo que piensas de lo que has leido ...